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*** Acuarela con canela ***

Tejedora y lectora

Tejedora y lectora

Éstas son las palabras que podríamos usar para definirme últimamente. Este fin de semana lo dediqué casi en exclusiva a dos de mis hobbies preferidos... hasta que se me acabó el algodón (no fui previsora llevándome más en la bolsa) y terminé el libro que estaba leyendo. Ahora empezaré La Catedral del Mar, tengo muchas ganas ya que me han hablado mucho y muy bien de él. A ver qué me parece a mí, soy bastante difícil en cuanto a gustos y por lo general no me suelen atraer las cosas que a la mayoría de la gente sí le atraen. Y me cuesta muchísimo encontrar historias en los libros que me fascinen lo suficiente como para sumergirme en ellas. Recuerdo un libro que leí hace tiempo, Nación Prozac; aunque mi vida y mis circunstancias no tenían nada que ver con los de su autora y protagonista, empaticé tantísimo con ella que en ocasiones podía sentir el dolor y soledad que se describía continuamente en sus hojas con una intensidad tan abrumadora que me sorprendía llorando sin saber muy bien por qué, sintiendo ese vacío en el interior que a veces llega a parecer infinito. Terminé deprimida cuando lo terminé... No recuerdo haber experimentado nada parecido con ninguno de los otros libros que he leído, aunque me acerqué bastante con La voz dormida, qué libro tan duro como hermoso a la vez... Y qué final. Lo terminé en el autobús de camino hacia Córdoba. No pude evitar emocionarme.

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